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DISCURSO SOBRE LA POLÍTICA DE DESAMPARO DEL ALCALDE BLOOMBERG,
“ACABANDO CON EL DESAMPARO CRÓNICO EN LA CIUDAD DE NUEVA YORK”

A continuación se presenta el texto del discurso pronunciado por el alcalde Michael R. Bloomberg en Association For A Better New York, el 23 de junio de 2004


“Gracias, Bill, tanto por esa amable introducción como por la ardua labora que ustedes han realizado para ayudar a que todos lleguemos a este día.

“También quiero reconocer a alguien más que nos acompaña: Philip Mangano, director ejecutivo del Concejo de Agencias para el Desamparo (Interagency Council on Homelessness, en inglés) de la Oficina del Presidente Bush.  Más que cualquier otro individuo, él ha relanzado las gestiones de nuestra nación para acabar con la falta de techo.

“Esta mañana, como cualquier neoyorquino en esta audiencia, me desperté en mi propia cama, en mi propia habitación, en mi propio espacio.  No me detuve a pensar en ello.  Lo di por descontado.  Simplemente, estaba en casa.

“Ahora, contrasten mi experiencia — y la de cada uno de ustedes — con la de un hombre que no se despertó en su propia cama, una mujer que no ha tenido su propia habitación o su propio espacio en uno o dos años.  Y comparen la experiencia de ustedes con la de un niño que, al final del día escolar, no tiene un sentido de confort o seguridad o lugar — un niño que no puede ir a casa y que acaso nunca haya tenido un hogar.

“Es en estos términos sencillos y descarnados que Nueva York debe pensar con relación al asunto del desamparo.  Es un problema social persistente, difícil, y — como otros con los que lidiamos, tales como el SIDA o la adicción a las drogas — afecta a demasiados de nuestros hombres, mujeres y niños.  Los obliga a vivir en los márgenes de la sociedad, en humillación innecesaria.  Evita que participen en la vibrante vida de nuestra ciudad, y que aporten a la misma.  Los disminuye y, al hacerlo, nos disminuye a nosotros.

“Permítanme decirles algo: Somos demasiado fuertes, y demasiado inteligentes, y demasiado compasivos como para que la ciudad se rinda ante el azote del desamparo.  No lo haremos.  No lo permitiremos.

“Hoy, aprovecharemos el éxito de tantas organizaciones dedicadas — públicas y privadas — y de dos años y medio de los impresionantes logros de nuestra propia Administración en esta área.  Combinaremos eso co el mejor pensamiento de expertos en cada aspecto del problema, usaremos la tecnología y las tácticas más actualizadas, y pondremos todo el peso de mi gobierno para acabar con el desamparo crónico en esta ciudad.

“Y cuando hayamos hecho eso — y todo neoyorquinos que quiera un hogar lo tenga — será una victoria para todos nosotros.

“El Departamento de Servicios para Desamparados (DHS, en inglés) ha trabajado con muchos de ustedes en los últimos meses preparando un plan de 10 años para acabar con la falta de techo en nuestra ciudad.  Es un plan sólido y detallado, pero diez años es mucho más que la ‘ley de prescripción’ de esta Administración — y no tenemos intención alguna de echar nuestras responsabilidades sobre los que nos sucederán.  Estamos decididos a actuar ahora, y actuar de forma exhaustiva.

“De modo que, aunque este plan, Uniting for Solutions Beyond Shelter (o “Unidos por Soluciones para Superar los Refugios”) provee un marco de trabajo a largo plazo, también estoy desafiando a mis comisionados, y a todos ustedes, para que trabajen juntos a fin de reducir drásticamente el desamparo en los próximos cinco años.

“Específicamente, desde hoy al final de 2009, debemos recortar en dos terceras partes el tamaño de la población de desamparados en refugios de la Ciudad, reducir en dos tercios la cantidad de hombres y mujeres sin hogar que viven en las calles de la Ciudad de Nueva York y, al hacer estas cosas, extinguir en efecto la condición del desamparo crónico en Nueva York.

“En al lucha para alcanzar nuestras metas, seguiremos tanto los requisitos legales como los dictados de nuestra conciencia.  También redirigiremos el foco de nuestros esfuerzos desde el mantenimiento de un sistema de refugios en constante crecimiento hacia la prevención del desamparo.  Al no estar más definidos por nuestras diferencias en este asunto, el gobierno, los proveedores de servicios y organizaciones comunitarias locales trabajarán en forma concertada para acabar con la falta de techo.

“Con ese espíritu, nuestra Administración ha estado trabajando junto a un panel designado por el sistema judicial a fin de resolver problemas que han estado en los tribunales por décadas, con la meta de mejorar de manera fundamental el enfoque del Gobierno de la Ciudad a la ayuda para las familias sin hogar.  Más tarde en el día de hoy, el panel publicará un informe sobre los procesos de recepción y elegibilidad que las familias desamparadas encuentran en la Unidad de Asistencia de Emergencia (EAU, en inglés) de la Ciudad.

“Hemos trabajado junto a ellos mientras que desarrollaron el informe.  Sus recomendaciones están totalmente de acuerdo con nuestra visión.  Ellas muestran el valor de la resolución constructiva de problemas.  Representan una oportunidad verdadera para crear un entorno más efectivo y respetuoso para las familias.  Esta nueva visión incluye una ampliación de recursos de prevención para familias desamparadas y en riesgo de desamparo, mejores opciones de elegibilidad, y una determinación que los que no son elegibles para refugios no pueden bloquear continuamente el sistema y desviar recursos escasos que deben ir a quienes realmente los necesitan.

“Estas recomendaciones son sensatas, responsables y compasivas.  Ellas establecerían un sistema en torno al cual nuestra Administración quisiera construir un nuevo edificio.  Y, si son implementadas en su totalidad, es nuestra intención hacer justamente eso.

“Vamos a avanzar con estas reformas.  Ese compromiso, combinado con las gestiones de más-que-buena fe de nuestra Administración y resultados demostrables hasta la fecha, muestran algo importante.  En una democracia, las agencias públicas deben ser administradas por funcionarios electos.  Los tribunales deben involucrarse solo cuando el gobierno no cumple sus obligaciones básicas.  Ese simplemente no es el caso aquí.

“Estamos cumpliendo y superando nuestra obligación cada día.  Es hora de que las cortes reconozcan eso, y devuelvan la facultad de administración a quienes son elegidos para ejercerla.  Esperamos que, a medida que mostramos al panel designado por las cortes nuestro compromiso con las reformas que he descrito, el panel recomendará a la corte que ha llegado la hora de dar fin a los más de 20 años de supervisión judicial activa bajo la cual ha trabajado la Ciudad.

“La falta de techo es un asunto con una larga historia en Nueva York — y muchos de ustedes aquí esta mañana han estado íntimamente involucrados en esa historia.  Debido a sus gestiones, los neoyorquinos han respondido al problema del desamparo con la compasión que hace grande a esta ciudad.

“El gobierno de la ciudad ha creado el sistema de refugios más completo, extenso y caro en el mundo.  Sólo en la última década, hemos gastado $4.6 mil millones construyendo y manteniendo una red de refugios de emergencia, a través de los cuales han pasado más de 416,000 hombres, mujeres y niños sin hogar.

“En el proceso, muchos miles de personas han podido reencauzar sus vidas.  Ellos han obtenido la seguridad y el bienestar básicos — y profundos — que solo puede provenir del crear sus propios hogares.  Durante el ejercicio fiscal actual, el Departamento de Servicios para Desamparados se encamina a establecer una nueva marca de sacar a 24,000 personas de los refugios hacia hogares permanentes.

“Todos podemos enorgullecernos de esos logros.  Sin embargo también debemos ser honestos con nosotros mismos.  Nuestras mejores gestiones no han logrado todo lo que desearíamos.  Y la evidencia nos rodea por completo.  Esta mañana, unas 38,000 personas — incluso 16,000 niños — se despertaron en refugios de la Ciudad.  Varios miles de hombres y mujeres más vieron el amanecer en las calles de nuestra ciudad, porque es allí donde viven.

“¿Por qué, tras dos décadas de una labor tan dedicada y continua, confrontamos aún realidades tan duras?

“Para las respuestas, tenemos que reconocer los costos, y fracasos, de nuestras mejores intenciones.  Porque, al encarar la falta de techo, nos hemos enfocado en el manejo de crisis en vez de identificar y perseguir soluciones de gran alcance.  Nuestra primera — y a menudo, la única — respuesta a cualquier tipo de crisis de vivienda personal ha sido proveer refugios.  El derecho al refugio, sin embargo, no significa que el refugio es lo correcto para todos.  La gente busca refugio por muchos motivos.  Ellos temen ser desalojados.  Los niños mayores de edad pueden estar en conflicto con los padres con quienes viven.  La gente enfrenta emergencias médicas que disminuyen grave, pero solo temporalmente, sus ingresos.

“Hay una gama de soluciones para estos problemas; vivir en un refugio para desamparados no es necesariamente la mejor.  Pero, cuando la única herramienta que se tiene es un martillo, cada problema se convierte en un clavo.  Debido a que hemos dependido de los refugios como nuestra herramienta en la política del desamparo, nuestra población en los refugios sigue creciendo.  Como resultado, un sistema diseñado para proveer una red de seguridad de emergencia se ha convertido en su lugar en vivienda semi-permanente para demasiados neoyorquinos.

“Hoy, la familia promedio en el sistema de refugios puede contar con que estará allí por unos 11 meses.  De hecho, nuestras propias políticas alientan innecesariamente la entrada en y prolongan la dependencia de refugios.  Eso ha creado una carga creciente en nuestro presupuesto municipal.  Sólo en los últimos cinco años, el presupuesto anual para el Departamento de Servicios para Desamparados casi se ha duplicado, de casi $400 millones a $700 millones.

“Una dependencia excesiva de la provisión de refugios, en vez de la prevención del desamparo, también ha costado mucho a las vidas de la misma gente a quienes hemos buscado ayudar.  Cada año, decenas de miles de niños de nuestra ciudad, quienes deberían estar pasando los años más formativos de sus vidas en sus propios hogares, están en cambio creciendo sin hogares.  Se ha dicho que el poder absoluto corrompe absolutamente; pero lo mismo es cierto de la falta absoluta de poder.  Esta fomenta la alienación y el cinismo; roba a las personas de su potencial para el crecimiento, el cambio y la plenitud.  No podemos permitir que esto le ocurra a otra generación.

“Reconocer verdades duras es el primer paso para superarlas.  En los últimos seis meses, trabajando junto con la Ciudad, Bill Rudin, Lilliam Barrios-Paoli y muchos de ustedes jugaron roles de importancia en el desarrollo de este plan.  Quiero agradecer a todos ustedes por su perspicacia y su ardua labor.  Nuestra ciudad es realmente dichosa de contar con tanta gente que desean aportar su tiempo y su talento de manera tan generosa a este esfuerzo.

“Hablemos acerca de las cuatro metas principales de este plan:

“Primero, para finales de 2009, tenemos la intención de reducir drásticamente el desamparo en las calles de la Ciudad de Nueva York.  Para hacerlo, concentraremos nuestros esfuerzos en identificar y ayudar a los hombres y mujeres con desamparo crónico en nuestras calles.  A través de los años, se ha logrado un enorme progreso en reducir sus cantidades.  Sin embargo, hoy existe aún un grupo de varios miles de personas con desamparo crónico en las calles.  Usualmente, estas tienen problemas con abuso de sustancias, enfermedades mentales, o una combinación de ambas.  Algunas de ellas quieren y aceptan ayuda.  Otras no; se resisten a la estructura y el orden que exige la vida en los refugios comunales, incluso el permanecer sobrios o participar en orientación y terapia.  Pero no podemos dejar que tal conducta auto-derrotista nos disuada.  El desamparo en las calles como una condición de la vida urbana es intolerable, tanto por razones humanitarias como de calidad de vida.

“Debemos evaluar honestamente nuestras práctica e involucrarnos en nuevas estrategias que nos conectarán con aquellos a quienes ahora no estamos alcanzando.  Usando nuevas herramientas para la recolección y manejo de data — y mejorando la coordinación y prestación de servicios — eso es precisamente lo que vamos a hacer.  Nuestro trabajo serán conducido por investigaciones.  Durante los últimos dos años, el DHS ha realizado un censo anual de la población de desamparados en las calles de nuestra ciudad.  Esa práctica, que nos da información importante sobre ‘quién y dónde’, continuará.

“Déjenme decir algo sobre la importancia de eso.  Esto muestra el compromiso de nuestra Administración de hacernos responsables y gobernar en base a los hechos, incluso cuando eso incomoda a los activistas y a otros.  Se establecerá una base de datos centralizada sobre personas sin hogar que contenga, por ejemplo, información sobre hospitalizaciones y encarcelamientos, y esta tendrá salvaguardas apropiados instalados para proteger la confidencialidad.

“Se instituirán otras reformas para hacer a nuestro sistema de refugios más atractivo y menos intimidante para los desamparados de las calles.  Habrá una nueva dedicación a la oferta de viviendas de ‘umbral bajo’, donde, a medida que se arraiga la estabilidad de tener un lugar donde vivir, pueden entonces seguirle la orientación o terapias.

“También incrementaremos las viviendas de apoyo — un modelo que proporciona servicios sociales in situ.  Sabemos que las viviendas de apoyo funcionan.  No me crean a mí —pregúntenle a Steven Fernández.  Una prolongada lucha con enfermedades mentales y físicas, su inmersión en las drogas, y encontronazos con la ley le dejaron sin hogar, ni esperanza, hasta hace tres años.  Fue entonces cuando encontró un hogar, y esperanza, en una vivienda de apoyo en Times Square proporcionada por Common Ground.  Ahora él participa activamente ayudando a otros a hacer lo mismo.  Él está con nosotros hoy, y quisiera que ustedes lo conozcan.

“La mayoría de ustedes saben que nuestra Administración está envuelta en el más grande programa de vivienda asequible en nuestra ciudad en dos décadas.  Es una iniciativa de $3 mil millones para financiar la construcción y rehabilitación de 65,000 unidades de vivienda asequible para el 2008.  Ese plan incluyó un aumento significativo en fondos de la Ciudad para viviendas de apoyo — o sea, viviendas permanentes con servicios sociales in situ.  Junto con nuestros colaboradores estatales y federales, esto debería permitirnos producir 5,000 unidades de vivienda de apoyo en los próximos cinco años.

“Pero quiero hacer más.  Hoy, estoy desafiando a mis comisionados a extender ese compromiso a un mínimo de 12,000 unidades.  Y, con ese espíritu de responsabilidad que es la característica de esta Administración, trabajaremos con nuestros colaboradores a fin de financiar la mitad de esas unidades en los próximos cinco años.  Hacer eso requerirá nuevos modelos innovadores que combinen el dinero para vivienda con un aumento de los fondos para servicios.  En dos ocasiones anteriores, hemos hecho justamente eso, bajo los históricos acuerdos ‘New York/New York’.  Ahora debemos trabajar con el Estado de Nueva York para moldear un acuerdo ‘New York/New York 3’.

“Podemos hacerlo mejor para la gente.  Sabemos cómo.  Les desafío a ayudarme a alcanzar nuestras metas.

“Nuestra segunda prioridad se refiere a los miles de neoyorquinos que tienen hogares, pero que están en peligro de perderlos.  Por demasiado tiempo, nuestra respuesta principal, y probablemente la única, a estas crisis ha sido ofrecerles refugios de emergencia.

“Hoy, proponemos una nueva estrategia más flexible, proactiva y, en última instancia, rentable enfocada en la prevención del desamparo antes de que ocurra.  Ya estamos ejecutando un elemento de esa estrategia.  El Departamento de Servicios para Desamparados ha identificado seis vecindades donde la amenaza de llegar al desamparo pende sobre muchas familias.

“A partir del nuevo año fiscal, el DHS lanzará la primera etapa de esta gestión en estas seis áreas.  El DHS trabajará con entidades locales, con caseros y asociaciones de inquilinos para evitar que los residentes pierdan sus hogares.  Esto incluirá, por ejemplo, una mayor dependencia de las mediaciones entre caseros e inquilinos como una alternativa al desalojo.

“Esta es la primera etapa de una gestión más amplia de prevención comunitaria que será extendida constantemente a medida que se necesite en toda la ciudad.

“Otro elemento clave de nuestra estrategia para prevenir el desamparo se enfocará en gente en los sistemas de custodia local y estatal que corren el riesgo de quedar sin hogar.  Estos incluyen a prisioneros que salen de cárceles de la Ciudad y prisiones estatales, pacientes en alta de hospitales públicos, jóvenes demasiado crecidos para el cuidado de crianza, y gente que está dejando refugios para desamparados.

“Cada uno de estos grupos es distinto — pero la gente en cada uno de ellos corren un alto riesgo de quedar sin techo.  He instruido a los comisionados de todos los organismos relevantes para que trabajen unidos a fin de ayudar a estos neoyorquinos a hacer transiciones rápidas a viviendas permanentes.  Este tipo de trabajo ya está realizándose bajo el liderazgo de Marty Horn, comisionado del Departamento de Corrección (DOC, en inglés) y el Departamento de Libertad Condicional (Department of Probation, en inglés).  Con la ayuda de muchos de ustedes, él ha empezado iniciativas para evitar el desamparo entre los que salen de cárceles de la Ciudad.

“Quiero insistir en que también se esperará que todos los que están siendo ayudados en estos programas participen activamente como puedan en el trabajo de conservar o hallar hogares permanentes.  Eso no es un proceso fácil.  Puede ser atemorizante; puede requerir cambios profundos en los hábitos y conducta personales.  Haremos lo que podamos para disminuir las ansiedades envueltas.  Pero no hay mayor satisfacción personal posible que la de hacerse cargo de su propia vida, y construir una base de estabilidad para uno mismo y sus hijos.  Vamos a asegurar que todo el que pueda tenga una oportunidad de gozar esas recompensas.

“Tercero, mudar rápidamente a gente que entra al sistema de refugios en viviendas permanentes también se convertirá en una prioridad mayor.  Esta meta implica redefinir la cultura y prácticas de agencias en el sistema de desamparo.  La rendición de cuentas es clave para lograr ese cambio de paradigma.  Se establecerán y aplicarán nuevos estándares de rendimiento.  Y nuevas herramientas para monitorear a los clientes permitirán al personal en los refugios identificar a la gente cuyas estadías en los mismos son prolongadas, por qué ocurre eso, y ayudarlos a determinar si y cómo pueden recortarse esos días.

“El año pasado, el DHS instituyó un sistema de estándares, desarrollado en base a la expectativa de que los clientes en refugios para desamparados deben, en la medida en que sean capaces, involucrarse en un proceso para alcanzar la autosuficiencia.  Los resultados han sido fructíferos y alentadores.

“La rendición de cuentas también se extienda a agencias y proveedores públicos.  Fijar estándares para ayudar a la gente a mudarse a viviendas permanentes ha producido el éxito de nuestra Administración al mudar a cantidades récord de personas de los refugios a hogares permanentes.  Esto ha requerido el trabajo del Departamento de Preservación y Desarrollo de Vivienda (HPD, en inglés), la Autoridad de Vivienda de la Ciudad (NYCHA, en inglés), la Administración de Recursos Humanos (HRA, en inglés), y otros.  Aprovecharemos sus logros.

“En cuarto y último lugar, habrá una reasignación sistemática de recursos.  El dinero y recursos humanos que ahora se usan para manejar el desamparo se dedicará en su lugar a acabar con él.  En la actualidad, por cada dólar gastado por la Ciudad en prevención, tres y medio dólares son gastados en refugios.  En los próximos cinco años, esa proporción cambiará.  Y de hecho, hemos empezado esta transformación.  Nuestro presupuesto para el nuevo ejercicio fiscal que empieza la semana entrante, por ejemplo, incluye $12 millones para la primera etapa del programa de prevención local del desamparo del DHS.

“Pero, de aquí en adelante, este plan de cinco años para reducir el desamparo será financiado por reinversiones posibles gracias a una reducción en la población de los refugios.  El dinero que ahora se gasta en el sistema de refugios irá en vez de eso a ayuda para alquileres e intervenciones de prevención.  Y el aumento del compromiso con las viviendas de apoyo que hemos anunciado hoy será compasivo y a la vez rentable.

“Esos son los componentes esenciales de nuestra estrategia para acabar con el desamparo en Nueva York.  Algunos pueden considerarlo como una meta inalcanzable.  Nosotros no.  No hace mucho tiempo, mucha gente creía que controlar la delincuencia en Nueva York era una quimera.  Hemos probado que eso no era cierto.  Por años, lograr reformas en la educación en Nueva York fue considerado una imposibilidad política.  Hemos mostrado que no lo es — y vamos a poner educación de calidad al alcance de cada joven en nuestras escuelas públicas.

“Hay un poema de Robert Frost que se cita con frecuencia, y dice: ‘Hogar — es el lugar donde, cuando se tiene que ir allí, hay que llevarte’.  Por demasiado tiempo, cuando los neoyorquinos necesitados ‘tuvieron que ir’ a algún lugar, el único sitio al que podían ‘ser llevados’ era un refugio.

“Esta noche, cuando haya terminado la jornada de trabajo, creo que todos debemos detenernos y pensar en eso.  Piensen en cuan afortunados somos de estar yendo a casa.  Y luego, despiértense mañana listos para dedicar nuevamente nuestros esfuerzos a satisfacer esa misma necesidad humana básica para todos en nuestra ciudad.

“Yo haré todo lo que pueda en esta lucha.  Y necesito la ayuda de ustedes.  Gracias".